9.6.16

De la nada...

Creo que de la nada salió ese deseo de escribir de nuevo, un momento de soledad, un momento que realmente es mío, que nadie me quita y en el que puedo inspirarme para plasmar algunas letras en este mi espacio...

Hace tres meses tuve que despedirme, uno sabe que la muerte va a llegar en algún momento, pero nunca puedes prepararte para recibirla... En esta ocasión toco una pequeña puerta de madera situada en mi lugar de nacimiento, mi querido Huehuetenango, fue muy rápido, no tuve oportunidad de despedirme y creo que eso fue lo que mas me dolió, quizá el dejar estas palabras por aquí ayuden un poco a desahogar mi corazón...

Ella era muy importante en mi vida, empezó como mi MAESTRA de escuela dominical en la Iglesia, hacia tantas cosas para sembrar la semilla en nuestros corazones, sin duda somos fruto de ese esfuerzo, ese pickup negro fue el testigo de cada escuelita bíblica que recibíamos a fin de año, pasaba por nosotros sin falta y nos llevaba de regreso a casa, su amor y pasión por predicar de Jesus fue de mucha inspiración para mi, luego se convirtió en mi CONFIDENTE, aquellos campamentos en los que compartimos tantos momentos, cada uno de ellos quedo guardado en mis recuerdos, y cada momento a su lado hacia que la quisiera un poco mas, de pronto la empece a llamar AMIGA, la diferencia de edad nunca le impidió extenderme una mano, abrirme su corazón, cada oportunidad que viajaba a Huehue quería visitarla, verla, compartir un momento era mi manera de decirle cuanto la apreciaba, quizá nunca lo dije pero la vi como mi MENTORA, siempre me animaba a ir por mas, aun en los últimos meses en los que llegue a visitarla al hospital siempre tenia una sonrisa para compartir, creo que esa visita en el seguro social IGSS fue la ultima vez que la vi, aun no sabíamos que tenia, pero su confianza en Dios nos fortalecía a todos los que estábamos a su lado...

De pronto su enfermedad hizo estragos, su cuerpo se debilitaba, sus fuerzas disminuían y de pronto una noche de febrero su luz se apago, Yo no lo podia creer, ella se había ido, una parte de mi sabia que ella ya no sufriría mas, pero la otra parte sabia que la iba extrañar mucho, pedi permiso en el trabajo y viaje 260 kilometros para su funeral, y por un momento pensé en decir "Mision Cumplida", no se si es costumbre de pueblo, pero cargamos su cuerpo hasta llegar al cementerio, ese lugar donde sus restos iban a quedarse, pero fue en ese momento donde entendí que la misión apenas inicia, porque ahora debo aprender a recordarla sin llorar, aprender a vivir sin sus consejos, a viajar sin pensar que "bobadita" podría gustarle de recuerdo, en fin aprender a vivir sin ella...



Un beso al cielo amiga, un beso al cielo Liz, aquí en la tierra se le extraña, pero se que al final de este camino nos volveremos a ver...

Gracias por leer este espacio,